El orden y saber organizarse bien es fundamental en nuestro día a día, cuanto ni más si decidimos mudarnos, la verdad no sé cómo puede haber gente a la que le cueste un montón organizar una mudanza, aunque creo que tengo las claves y os las cuento ahora mismo. Hablar de una mudanza no es hablar de algo divertido, sobre todo cuando se deja atrás a familiares y amigos, un hogar forjado e ilusiones frustradas por culpa de alguien que desde luego no eres tú. El hecho de hacerse primero a la idea es crucial para que todo vaya viento en popa a toda vela, como bien nos decía Espronceda y una vez lo tengamos asumido nos daremos cuenta que resulta más fácil de lo que nos imaginamos. Muchas veces los nervios por lo desconocido hace que no parezcamos ni la misma persona, vemos como de la noche a la mañana hemos pasado de ser casi una maniática del orden a una patosa compulsiva, como nuestra casa se desmorona y no conseguimos dar ni pie con bola, tan solo el desorden se adueña de nosotros y no vemos como pararlo.
Con unos pequeños consejos seguro que todo se soluciona, tan solo es cuestión de tranquilizarse aunque los toros se vean muy bien desde la barrera. En primer lugar debemos contratar una buena empresa de mudanzas, por supuesto que no nos valen esas piratas que se anuncian por la calle o por internet, esa idea está desechada, una mudanza no es gratis y por supuesto no ese barata, pensemos que los funcionarios deben trabajar duro, pero hoy en día podemos encontrar empresas que trabajan en pro de ayudar y no manejan precios tan caros. Evidentemente el precio varía en los servicios que nos ofrezcan desde que ellos se encarguen de toda la mudanza y nos lavemos las manos, hasta que nos entreguen el material para embalajes y lo hagamos nosotros mismos, sin duda se convierte en la opción más barata. Pues bien consta de empezar por las habitaciones dejando solo la ropa que vamos a necesitar, con tiempo ya deberemos tener previsto ir guardando las cosas de la cocina y del salón es donde más cacharros tenemos, guardándolo todo en cajas con sus respectivos nombres y apilándolas en la primera habitación que desarmemos, no tendremos más problema que lleguen los operarios y se empiecen a llevar cosas, veremos cómo así la mudanza al final resulta hasta pan comido.