La tecnología avanza y avanza y nadie ni nada la podrá parar, ¿Qué pasa entonces con lo de toda la vida? Con los libros en papel, con los cuadernos y los bolígrafos, con los sellos y los sobres, con los materiales de oficinas y con todo lo que tiene que ver con lo manual, con lo de toda la vida, con las cosas tan simples y sencillas como las que hacíamos y que apenas les prestábamos atención, como escribir una carta o llevarla al buzón, como leer un libro encuadernado con sus tapas y sus contraportadas, pasando las hojas y oliendo el papel… estoy convencida de que todas esas cosas que antes hacíamos casi mecánicamente ahora las extrañamos, al menos yo.
Evidentemente no todo va a desaparecer, las oficinas seguirán teniendo sus hojas y sus caretas, en casa siempre habrá una hoja de papel y un bolígrafo o unos colores para dar color a un dibujo, siempre habrá libros que leer y que admirar pero en menor cantidad que ahora.
En los colegios los niños ya no llevan libros y cuadernos, ahora van con aparatos tecnológicos como tabletas y ordenadores personales, muchos niños en edad escolar pasan días enteros sin escribir ni una sola palabra, y las que escriben son en teclados táctiles. A mi entender una verdadera pena y una tragedia para el mundo contemporáneo, el mundo clásico, el mundo que disfruta con una buena lectura, con una buena novela, escribiendo algunas palabras o escuchando a alguien leerlas.
Está claro que las tecnologías y los avances vienen pisando fuerte, los avances en estos términos son sorprendentes, los estudios cada vez son más completos, la ciencia y la medicina también crecen por segundos y eso es una cosa buena, pero no deberíamos dejar de lado las cosas de toda la vida, ¿podéis imaginaros un mundo en el que los niños no aprendan a escribir a mano por que todo se haga con la tecnología? ¿O personas dentro de algunos años que nos sepan lo que es un libro?
Permitirme deciros que sería una verdadera pena perder cosas tan arraigadas como estas por la comodidad de ir siempre conectados o porque todos lo hacen, seamos coherentes, mantengamos a salvo las cosas valiosas y no llevemos a termino las cosas más placenteras de la vida, compartamos la sabiduría para aprender así mucho más, las generaciones futuras nos lo agradecerán.